El otoño se presenta con cierta crudeza anunciando la llegada del largo invierno de Reinosa, nos queda a los moteros vivir del recuerdo e ir preparando con ilusión algunos recorridos para las próximas aventuras que se darán en la temporada venidera ya que esta aunque nos neguemos la tenemos prácticamente finiquitada, pero por si no es así y el tiempo acompaña, voy a proponer a mi hijo realizar esta salida que en su día hice acompañado de su madre. Aunque tengo la certeza de la imposibilidad de realizarla este temporada, la sigiente está cercana y la ilusión intacta.
Nos pondremos en marcha dirigiendo nuestros pasos hacia Villaescusa, desde donde iniciaremos la subida al alto del Bardal, entre arbolados y curvas llegaremos al alto, dejando a nuestra espalda el valle de Campoo y a nuestro frente aparecerá otro valle, Valdeolea.
Una vez pasado el pueblo de Olea tomamos dirección Barruelo, antes de llegar a esta localidad palentina, encontraremos el desvio, que tomaremos, para Vallejo de Orbó, pueblo minero que se consolidó con la llegada de la mano de obra especializada de mineros procedentes de Asturias y León, más la aportación de los campesinos del lugar que aprovecharon la oferta de empleo para trabajar en las minas.
Abandonamos este pueblo minero y tomamos dirección a Cillamayor para desde esa población seguir nuestro camino por Cervera de Pisuerga, San Salvador de Cantamuda, Areños, Camasobres y seguiremos derrotero hasta pasar el puerto de Piedrasluengas de 1355 metros.
Bajando el puerto encontraremos a nuestra derecha el cruce que nos llevará al Embalse de la Cohilla, avanzando en la carretera veremos una escultura en memoria de los personajes de la zona
En mi viaje anterior aprovechamos para hacernos unas fotos en el lugar
Continuamos viaje, pasado el pueblo de La Laguna vemos ya el Embalse de la Cohilla, una vez que lo hemos superado, comenzamos la bajada; un montón de curvas por una carretera que se abre espacio al lado del precipicio, que nos hará extremar precauciones
Superado el peligroso tramo, en la bajada aparece Tudanca
Dejaremos esta bonita población y continuaremos deslizándonos pendiente abajo. A la altura de Cosío veremos a nuestra izquierda el cruce para San Sebastian de Garabandal, centro de peregrinación, debido a las apariciones a cuatro niñas, según ellas, del arcángel San Gabriel y de la Virgen María.
Dejando estos anecdóticos temas para los más fervorosos creyentes, llegamos a la capital del municipio, Puentenansa, bonito pueblo y muy apropiado para tomar un café y descansar un rato, a estas alturas los kilómetros comienzan a pesar.
Una vez reconfortados, continuamos hacia Carmona, nada más pasar este pueblo me pegué el motazo este verano, del que obtuve la rotura de la primera falange del dedo gordo del pie izquierdo, no se me olvidará, pero de todas formas prometo contar los avatares de esa ruta, con consecuencias tan dolorosas para mi dedo.
Continuaremos con la ascensión a la Collada; en la subida encontramos el mirador del Ribero ( y si subes la Collada y te asomas al Ribero, desde allí verás Carmona la flor de los albarqueros, dice la canción), merece la pena contemplar la bonita vista con Carmona a nuestros pies.
Pasamos la Collada, donde nos hemos dado un descanso contemplativo e iniciamos la bajada a Cabuérniga, preciosa población cántabra.

Ya en la cuenca del Saja seguimos nuestro viaje, pasando por las localidades de Ruente y Cabezón de la Sal.
Tomando la desviación por Virgen de la Peña, cogemos la carretera que nos llevará a través de valle del Ibio (sigo recordando la canción: en Herrera Santa Ana, San Pantaleón en Ibio, en Riaño San Vitores, ea resalada y de Sierra es mi cariño ....), pasando por el alto de San Cipriano a Riocorvo, ponemos rumbo a nuestro destino, que por esta preciosa carretera y a traves de las incomparables hoces de Bárcena, gargantas horadadas por el río Besaya, llegaremos a Reinosa, fin de nuestro viaje.
Al final tengo que decir que él día 19 de marzo de 20011, he conseguido hacer este trayecto acompañado de mi hijo y su Bandida.
Hicimos unas fotos junto a los personajes de la zona, y continuamos nuestro periplo hasta el embalse de la Cohilla. Lo malo empezó a partir de este lugar, la carretera no se encontraba en buen estado desde Tudanca se encontraba en obras y así nos la encontramos hasta Puentenansa. Fue una lástima porque nos privó de admirar debidamente el paisaje, y disfrutar del pilotaje de nuestras máquinas, preocupados que estábamos por el estado de la calzada que nos obligaba a ir muy despacio circulando con suma precaución.
Al final tengo que decir que él día 19 de marzo de 20011, he conseguido hacer este trayecto acompañado de mi hijo y su Bandida.
Hicimos unas fotos junto a los personajes de la zona, y continuamos nuestro periplo hasta el embalse de la Cohilla. Lo malo empezó a partir de este lugar, la carretera no se encontraba en buen estado desde Tudanca se encontraba en obras y así nos la encontramos hasta Puentenansa. Fue una lástima porque nos privó de admirar debidamente el paisaje, y disfrutar del pilotaje de nuestras máquinas, preocupados que estábamos por el estado de la calzada que nos obligaba a ir muy despacio circulando con suma precaución.
Pero de todos modos el objetivo estaba cumplido. Me hizo una gran ilusión hacer esta ruta con mi hijo como lo tenía soñado.